sábado, 9 de marzo de 2013

De la mano del poeta y su erotismo

"A esa hora en que la luz
se viene encima como una cosa mansa
estrujas
mi mano sobre tu vientre"

Agustín del Rosario, Reencuentros

No soy experta ni tengo el conocimiento. Puedo compartir mi opinión sobre lo que leo únicamente.
Así que leí la trilogía de las 50 sombras de Grey, bueno en realidad leí el primer libro y el tercero, puedo decir que la autora tiene una gran imaginación y es muy buena para describir los escenarios, los momentos de pasión y sadomasoquismo que contiene el libro. Pero me recordó un poco a las novelas de harlequin que por cierto, también leí, cuando la hija de una vecina las puso a la venta en la puerta de su casa; había Julia, Jazmín y Bianca por docenas y a mis diez años no resistí la curiosidad. Los lugares que describían en el otro lado del mundo eran hermosos y los finales siempre eran felices. Las escenas de sexo no eran tan subidas de tono como en las 50 sombras pero eran bastante descriptivas y de erotismo no tenían nada.

Con Grey pasa algo similar. Es sexo en la novela. Está planeado para causar un impacto en mujeres de cierta edad que sexualmente se encuentran reprimidas por diversas causas. Este es su plus comercial. Claro que logra su cometido de excitar pero llega un momento en que te pasas las hojas de tanto sexo y te interesa más saber si el guapo Grey con todos los atributos soñados se "curará" y se quedará con la protagonista. Te hartas de sexo, buscas el romance y la novela concluye en género policíaco.

Para hablar de erotismo habría que conceptualizar la palabra. Los escritores que me gustan no divorcian el amor del erotismo, es más, no conciben uno sin el otro y parten de la sexualidad.
Podríamos hablar de Octavio Paz, de su coincidencia con Platón en conceptos de amor sexualidad y erotismo, porque es un deleite leerlo sintiendo cada palabra en la que forzosamente, pensarás en alguien como un recuerdo o un destinatario. Lo haces involuntariamente pero la dósis de amor va de la mano del deseo y de lo que despierta su lectura.
La poesía y su relación con el erotismo imaginada por Octavio Paz esta inundada de símbolos que llenan los sentidos del lector.
Para Paz el erotismo es exclusivamente humano y esta vinculado con la poesía mientras el sexo, no es exclusivo del ser humano. Paz sumerge en la imaginación convierte el sexo en erotismo, en ceremonia, en amor.

(...)
Tus pechos
maduran bajo mis ojos
Mi pensamiento es más ligero que el aire
Soy real
veo mi vida y mi muerte
El mundo es verdadero
Veo
Habito una transparencia

Contigo, del poemario Hacia el comienzo
Octavio Paz

Creo que el erotismo en la literatura es hermoso, hay autores que desde hace muchos años lo han transmitido en sus obras deliciosamente embelleciendo el lenguaje. Estampan su personalidad hablando de estilos literarios. Tenemos poesías, cartas, novelas. Escritores que en su tiempo causaron polémica abrieron puertas marcaron épocas y son reconocidos por los críticos y expertos hasta nuestros días.
Mención especial para uno de mis consentidos Giullaume Apollinaire a quien Borges definió así: "Apollinaire fue la cosa alada y sagrada del diálogo platónico; el poeta del antiguo coraje y del antiguo honor; fue cuando vacilaron los fundamentos de la tierra y del cielo".
Su libro "Cartas a Lou" para mi es imperdible, realmente llegas a amar a Apollinaire por su lenguaje sencillo atrevido por sus sentimientos elementales. Por sus caligramas que se muestran en el libro. Por el amor que desborda por Lou tan eróticamente.
Tiene una manera excitante de decirle en las cartas lo que le haría de tenerla cerca y sus despedidas son completamente eróticas y amorosas. (Uff diría yo).

Octavio Paz con "La llama doble. Amor y erotismo", "Ladera este" donde incluye "Maithuna", Giovanni Boccaccio con "Decamerón", Vargas Llosa con "Los cuadernos de don Rigoberto" son grandes opciones para leer, estos señores se escriben con mayúsculas y son caballeros del lenguaje, por lo que han logrado y dejado como tesoro en la literatura con Eros como guía e inspiración.

Concluyo: No nos quedemos con las 50 sombras creo que no es un libro que vayas a leer dos veces, creo que yo no lo tomaría como referencia para dedicarle sus letras a alguien que deseas amar, seducir y logres el efecto compartido.

Vayamos mas allá si se trata de apreciar y compartir el erotismo en la literatura.
Busquemos otros autores que te aseguro volverás a leer por el placer de interpretar el lenguaje y la poesía, por la limpieza de la escritura, por las ganas de compartir y dedicar lo que has leído. Me fascina "El erotismo en los poetas" una recopilación de Alejandro Montaño, porque encuentro lo que quiero leer de poesía sensual y erótica de varios autores además clasificados por continentes.
Hay tardes en la vida que realmente merecemos leer y que nos lean de amor y erotismo.

Pd. En imágenes mis favoritos








domingo, 3 de marzo de 2013

Escribir escribir escribir, libera

"Cuán vano es sentarse a escribir cuando aún no te has levantado para vivir"
Henry David Thoreau

Cuando alguien cercano a mi ha pasado por un momento difícil o simplemente las inquietudes se le agolpan en la cabeza repito lo mismo "hay qué escribir".
Creo que lo hago desde los 9 años por imitación primero. Después por gusto.
Alguien me dijo una vez a esa corta edad que lo hacía por liberarse; en ese entonces no lo entendí pero lo puse en práctica a manera de un diario donde relataba lo que pasaba cada día. Con los años volver a leer me permitía identificar el estado de ánimo que pudiera tener en el momento, la sensaciones que había experimentado y el desarrollo de los eventos. Uno comete muchos errores en la vida, a veces leerlos, manda señales de alerta.
Hay algo invaluable a la hora de escribir de lo qué sea cómo sea, eres libre. Libre de leerlo de sentirlo de revivirlo. Libre pues incluso para arrugar la hoja y botarla al cesto de la basura (antes) libre para darle eliminar en la pantalla de la tecnología con la que escribas (ahora).
Libre para sentirte satisfecho de lo escrito y guardarlo como un tesoro.
Las cartas la expresión más pura del diálogo sin interrupciones son para mi, sin duda, de las formas más exquisitas hablando de literatura epistolar pero también son la herramienta para decirle al destinatario lo que sientes y lo que vives. A veces esas cartas no llegan cierto, a veces no se mandan, pero la sensación de comunicarte con una persona para expresarle lo que guardas se vive al momento de ver volar las letras para estamparse en el papel o en la pantalla. Y ¿Quién sabe? A veces, años después, la carta llega a su destino y cierras un círculo.
Hay que escribir hay que conocerse hay que decirse las cosas a través de las letras. Te enfrenta al juez implacable que eres tú mismo. Te lleva a los recuerdos. Te muestra tus sueños.
Sintetizando: Escribe para recordar escribe para entender y escribe para ganar perspectiva. Sólo hazlo.
PD. Mis libros preferidos hablando de cartas los dejo en imágenes