viernes, 28 de noviembre de 2014

Y la luz te llega leyendo... BUSCANDO A ALASKA

Recibí en mi cumpleaños un libro de John Green el autor de Bajo la misma estrella, Meli me lo regaló y se lo agradezco supongo que sabe que recibir un libro me hace ilusión, siempre.

Lo empecé a leer como quien va pateando un bote en una tarde soleada, esas tardes donde te abrigas con la chamarra más cómoda, la preferida y te pierdes en una calle sin tiempo ni nombre.
No puedo decir que sea una joya literaria de esas donde te dan cátedra del uso de la lengua y las reglas de ortografía. Pero me gustó.

Buscando a Alaska, es un libro limpio, que se entiende, el autor es sensacional a la hora de describir a sus personajes, captas la personalidad de cada uno en las actitudes en las que los enmarca y a la vez, captas en la puesta en letras las emociones de cada uno de ellos.

Un libro para mentes jóvenes diría yo porque además el autor se ha enfocado a la literatura juvenil al momento de escribir sus libros y ha logrado capturar la atención de este público.

 
Mientras leía este libro en ratos me quedaba colgada de los recuerdos de la época en que yo tuve esa edad. 
Cuando un libro logra hacer eso, para mi ya valió la pena leerlo.

La trama, el argumento del libro es el de un joven en busca de lo que el poeta francés François Rabelais  llamo "un gran quizá". 
Ese algo que tiene que suceder en la vida para enfocarte, encaminarte o cambiar el rumbo de las cosas.

Habla el libro, del primer encuentro real y sentido de tener amigos, de ser amigo.
Habla de las sensaciones, 
esas primeras sensaciones de amor, de atracción física, las que producen mariposas en el estómago y aquí sí afirmo yo que son a cualquier edad. 

Habla de la juventud de esa edad donde no medimos el peligro, donde podemos comernos el mundo y creer que no pasa nada o mejor aún, no pasa nada porque el mundo es nuestro, es conquistable y es infinito.

Habla brutal y sinceramente del crecimiento personal através de un suceso trágico. 

En el trayecto de mi lectura de repente me cayó un balde de agua, empecé por recordar y pasé a relacionar los hechos con situaciones personales.
Ahí me atrapo y tuve que terminarlo ese mismo día.

No esperaba que las respuestas a mil cuestionamientos en mi vida, vinieran de un libro, pero en lo secreto esperaba que por lo menos me dieran un enfoque, un encuadre menos borroso en el lente de mi cámara para tener fotos más claras de pasajes de mi vida. (De forma manual y no automáticamente).

Sí hay que leerlo, lo recomiendo. Si no causa ningún efecto en ti o lo sientes ajeno por lo menos conocerás la forma de ver la vida a los 18, 19 años. 
Conocerás el material por el que el autor ganó el premio Michael L. Printz  a la mejor novela juvenil. 


(Y mi luz fue esta...)
Recuerdo que rondando los diez años perdí a un hermano, las circunstancias nunca me quedaron claras. 
Recuerdo vívidamente como me paseaba en las puntas de sus zapatos como si bailáramos, recuerdo lo mucho que disfrutaba la velocidad a la que conducía y la seguridad que me daba treparme a una vaca o a un caballo mientras él estuviera cerca, recuerdo que yo disfrutaba mucho las tardes entre los socorristas de la cruz roja viéndolo trabajar. Viéndolo ser amigo.

Recuerdo la música, él siempre sabía a música y se porque conservo lo que escribía, que amaba profundamente a su familia, a sus amigos y a la vida misma. Pero a veces no basta con saber porque de todos modos no puedes entender que la muerte llegue de pronto y te arrebate a las personas de 19 años sin que exista enfermedad o sin que sea el paso natural de la vejez. 
Después de eso recuerdo muchos silencios míos y de los que amo y recuerdo muchas miradas.

Simplemente no lo entenderás pero aprenderás a vivir con el vacío. 

Bien, cuando terminé de leer sí entendí que los que nos quedamos en este espacio del tiempo aprendemos a vivir con las cosas que hicimos y con las que no hicimos en un día fatal en un tiempo fatal y que asumirlas o perdonarnos es la forma de sobrevivir en el laberinto que se llama vida. 

La vida después de la vida para mi también era una forma de consuelo de los que se quedan. 

Pero al leer en este libro lo que a continuación transcribo me di cuenta que es lo que siempre he sentido sobre chicuelo y no encontraba las palabras. 

Pues bien las encontré y hoy no será un aniversario más hoy se sentirá distinto.

"Al principio pensé que estaba solamente muerta [...] quizá era solo materia y la materia se recicla... 
Pero a fin de cuentas, ni creo que haya sido solo materia
Ahora creo que somos más grandes que la suma de nuestras partes.

Si tomas el código genético de Alaska y añades sus experiencias y las relaciones que tuvo con la gente y luego tomas el tamaño y la forma de su cuerpo, no la podrías concebir de nuevo. 

Habría algo más del todo. Hay una parte de ella más grande que la suma de sus partes conocidas. Y esa parte se tiene que ir a algún lado, porque no se puede destruir.
[...] No podemos nacer  y no podemos morir. Como toda la energía solo podemos cambiar formas, tamaños y manifestaciones. 

Esa parte nuestra, más grande que la suma de nuestras partes, no puede nacer y no puede morir, así que no puede fracasar. "

 




domingo, 19 de enero de 2014

Los cometas en tu cielo...

"Hay una forma de volver a ser bueno" Cometas en el Cielo, Khaled Hosseini 

A la pregunta directa y llana de qué si me gustó este libro, respondí que sí.

Un libro personalmente me gusta por varias razones: Porque me llega al alma, porque me sitúa en la narrativa vívidamente y porque me da aprendizaje. Estas tres razones las encontré en Cometas por el cielo.

El escenario. Afganistán, uno de los países de la región del Medio Oriente donde el sufrimiento parece haberse estacionado desde hace varias generaciones. 

Siempre pienso en una frase de Henry Miller cuando de temas de guerra se trata, "cada guerra es una destrucción del espíritu humano".

Khaled Hosseini inicia su camino como escritor públicamente con este título y el libro te atrapa de inmediato con su buena narrativa, a través de los ojos de un niño, Amir, el personaje que nos cuenta su historia, no diré que el principal porque para mi, cada personaje en la novela tiene un gran peso  y lo vas sintiendo en tu trayecto de lectura.

La historia contada en primera persona por Amir desde su niñez, te lleva a ese mundo de costumbres, olores y paisajes de una bella pero compleja cultura rica en tradiciones ancestrales; el punto de vista, la perspectiva de Amir va de alguien que lo tiene todo en Kabul, a alguien que lo pierde todo. 

Decisiones y circunstancias, que a su edad le quitan lo que él consideraba un "mundo seguro".

Tengo que decir que en algunos momentos, la situaciones por las que atraviesan Amir y los demás personajes son crueles hasta el grado de que sientes el estómago oprimido. 
Se hace presente la miseria humana. Y esto no es algo que rechaces a la hora de estar leyendo porque te encuentras ya capturado y en espera de que las cosas se resuelvan.

Este libro es de esos donde tú vas reinventando la historia, donde quieres que los personajes hagan algo distinto, a la hora de tomar decisiones, solo porque no eres tú quien está pasando la situación, te sientes un juez emitiendo sentencias a cada paso de la historia. 
Esto es familiar para todos porque lo hacemos a diario en vidas que no son nuestras.

¡Ah! Tenemos una facilidad para opinar porque no estamos en los zapatos de otros. 

En algún momento de la lectura hasta te sientes aliviado de ser solo un simple lector a miles de kilómetros de distancia de los horrores que se viven en los países de aquéllas regiones. 
Este libro da para todas las edades, aunque por la crueldad de situaciones que ahí se describen, un público más infantil tendría que ser supervisado y orientado. 

Amir y Hassan los pequeños grandes protagonistas, son personajes que causan emociones encontradas y he leído críticas y comentarios donde el personaje de Amir les genera un rechazo natural porque sus acciones cuando niño no se pueden calificar de nobles al contrario de Hassan, el gran amigo.

Pero ¿saben qué? Ese es el tema central del libro ese es el fondo de la historia.
La culpa y la redención. La culpa y la manera de expiarla.

Esto de los sentimientos es atemporal y no tiene fronteras geográficas. 

Ese es el gran valor de la novela, la mezcla de emociones a las que se enfrenta un ser humano a consecuencia de sus acciones y los instantes de decisión que a veces te cambian la vida.

La historia es sobre amistad, cobardía, miedo, culpa y redención. 
 
La manera en que una situación te lleva a otra y a otra y a otra más hasta que difícilmente recuerdas algún motivo específico por el que nos complicamos tanto la existencia en lo que a sentimientos y relaciones afectivas se refiere.

Y como muchas veces en la vida, a la vuelta de los años se te brinda la oportunidad para cerrar los círculos pendientes, expiar tus culpas, redimirte, reinventarte, perdonarte y hacer que las cosas pasen, también en la historia de Hosseini sucede esto. 

La oportunidad de volver a ser bueno, la oportunidad de volver a volar cometas en el cielo. 

Del momento donde Amir tenga como adulto que enfrentar su pasado, para reconciliarse con él mismo y perdonarse, sigue una trama que vuelve a meterte al libro (si es que te saliste), como si empezaras otra historia igual de impactante que la niñez de Amir. 

"Existe sólo lo que hacemos y lo qué no hacemos" pág. 209 Cometas en el Cielo

¿ El final ? El final no sabría cómo calificarlo, ni siquiera debo contarlo para que leas el libro y decidas si las lágrimas que algunos derramamos cuando lo leímos son por Amir, por su padre, por Hassan o por uno mismo...


PD. gracias Paz :D



miércoles, 11 de diciembre de 2013

Introspección

Regreso a mi mundo es más seguro. 
En el no hay antes ni después, en el no hay mañana...

Regreso a mi mundo es más seguro, 
más pequeño con una estrella, 
una rosa, una lágrima 
y a veces, solo a veces una sonrisa...

De vuelta al camino,
más sabia, más libre,
más sola, pero de vuelta al fin...

Regreso a mi mundo es más seguro...
Afuera no había nada, no había amigos, no había rosas... 
No estaba...
Afuera su figura se diluye, su fuerza me abandona.

Su mirada que me ha encontrado anoche, me ha mostrado
Que allá no es un lugar seguro...

Vuelve, vuelve a tu mundo es más seguro...

jueves, 9 de mayo de 2013

¿Cuántas treguas te has procurado en tu vida?

"Me gustan sus labios, quiero decir el gusto, el modo como se hunden, como se entreabren, como se escapan.
Naturalmente, no es la primera vez que besa.
¿Y eso qué?
Después de todo es un alivio volver a besar en la boca,
con confianza y con cariño.”
La Tregua


Benedetti... No necesita presentación merece leerse cualquier cosa que se encuentre de él.
Es lapidario si de darle al corazón se trata. Me encanta.
El poeta y escritor uruguayo figura latinoamericana en la literatura fue prolífico en la producción de su obra más de ochenta libros traducidos a más de veinte idiomas.

Esta vez leí un género que no le conocía, la novela.

El libro de La Tregua escrito en los años sesenta se desarrolla en un ambiente uruguayo clásico en Montevideo, para ser exactos.

La novela es una maravilla intemporal.
El diario que escribe un hombre solitario de cincuenta años viudo padre de tres hijos jóvenes, próximo a la jubilación es el argumento en síntesis.

Pero la novela es mucho más que eso: Es el gris y la monotonía es el desánimo de un hombre resignado a pasar el resto de su vida sin nada de sobresaltos, es el reproche del tiempo perdido por lo que se hizo y no.
Es el juez de sí mismo que todos nos encontramos alguna vez en en el espejo, al que sobornamos para que nuestra vida no nos parezca tan miserable.
Es el consuelo de tontos.

Es la alteración de la rutinaria existencia de Martín Santomé acostumbrado a la soledad y al aburrimiento, por la aparición de Avellaneda, una joven casi veinte años menor que le devuelve a su vida ese ingrediente de curiosidad de imaginación de romance y de magia que suele iluminar pocas veces o casi nunca la existencia de una persona.

Le devuelve el concepto del amor que ya no consideraba en sus planes. Que tenía olvidado.


"Esta tarde hicimos el amor. Lo hemos hecho tantas veces y sin embargo no lo he registrado. Pero hoy fue algo maravilloso...A veces pienso que Avellaneda es como una horma que se ha instalado en mi pecho y lo está agrandando, lo está poniendo en condiciones adecuadas para sentir cada día más. Lo cierto es que yo ignoraba que tenía en mí esas reservas de ternura. Y no me importa que ésta sea una palabra sin prestigio. Tengo ternura y me siento orgulloso de tenerla. Hasta el deseo se vuelve puro, hasta el acto más definitivamente consagrado al sexo se vuelve casi inmaculado. Pero esa pureza no es mojigatería, no es afectación, no es pretender que sólo apunto al alma. Esa pureza es querer cada centímetro de su piel, es aspirar su olor, es recorrer su vientre, poro a poro. Es llevar el deseo hasta la cumbre.”La Tregua

Santomé, es nuestro protagonista y narrador, muestra una parte de su vida, la que cree que vale la pena compartir, el breve espacio de tiempo donde el hombre experimenta una verdadera felicidad.
Y éste es mi concepto de felicidad, momentos son sólo momentos.

En la Tregua alguien normal del común denominador del mundo, alguien como tú como yo, alguien con defectos tentado por la mediocridad, es capaz durante un lapso de tiempo, de tocar la felicidad y ser el protagonista de una pasión amorosa envidiable.

Esa es la magia de la novela de Benedetti que yo, tú, él o aquel, pudiéramos sentirnos protagonistas reflejados y proyectados en Martín y/o en Avellaneda. Es una novela de emociones no de acciones.

Al leerla pisas la realidad todo el tiempo y te adentras en la nostalgia de tu propio espacio.

¿Cuántas treguas has sentido en tu vida? ¿Cuántos momentos de felicidad tienes para atesorar y subrayar en tu inventario?
¿Cuántas veces te ha llegado el valor de hacer algo que cambie tu condición emocional para sentirte pleno?


“Es evidente que Dios me concedió un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedió una tregua.
Al principio, me resistí a creer que eso pudiera ser la felicidad. Me resistí con todas mis fuerzas, después me di por vencido y lo creí. Pero no era la felicidad, era sólo una tregua.”
La Tregua

Avellaneda, la que sabe entregar amor se muere.
Sí. Así es la vida. También es la vida. En el mejor momento con el amor y la ilusión encumbrados en la vida de Martín.
Se esfuma.

Por eso el gran título de la novela. La Tregua. Ahora se lee diferente ¿verdad?

La vida, dios, el destino le dio tregua, esa clase de "chance" que todos pedimos y anhelamos en algún momento, esa clase de "chance" que no sabes cuanto tiempo persista pero que estás consciente de que se está dando.
Esa "chance" que uno mismo se genera para estar en paz para vivir qué no sobrevivir.
Una tregua es una tregua en todos los aspectos de la vida hay que vivirla al máximo hay que distinguirla y también sin duda hay que saber cuando termina.

Porque finalmente era sólo eso un espacio de tiempo que te recargó la fuerza para continuar y seguir creyendo que vale la pena lo que sientes y lo que haces para poder seguir en el juego de "yo te declaro la guerra en nombre de..." todo lo que cada día no nos damos permiso de sentir y construir por buscar una tregua, dos las que puedas!!
Para ti mismo tu entorno y quien a tu alrededor se lo merece.

Se puede se debe estar en pie de lucha por la vida pero para quien la vida no le ha sido y no le es fácil siempre siempre será bienvenida una tregua...




PD.
Ella solo quiere ser la Avellaneda de su vida y él parece no dar una tregua en su vida...( y esto para la niña que me presentó el libro)



viernes, 19 de abril de 2013

El viejo el pez un muchacho y el mar

"—¿Cómo te sientes, pez? —preguntó en voz alta—.
Yo me siento bien, y mi mano izquierda va mejor,
y tengo comida para una noche y un día.
Sigue tirando del bote, pez..."


He leído el libro El Viejo y el mar de Ernest Hemingway dos veces completas, pero en ocasiones cuando lo miro por ahí entre otros el imán a mis manos es inevitable para leer por azar la página que abra.

Este libro es de "vigencia perpetua" por una razón que descubrí la segunda vez que lo leí, nada de lo que había sentido la primera vez estaba presente en esta segunda vuelta por sus letras.

Entonces entendí que esa es la cuestión: el libro del Viejo y el mar puede hablarte de distintas formas, puedes sentirlo de distintas formas todo depende de la percepción que tu mente haga, del estado de emociones por el que atravieses y de las vueltas que la vida te haya acomodado.

El libro es una obra obligada la más famosa para algunos críticos de literatura, de Hemingway, de quien seguí en Cuba a recomendación de un médico del alma y del corazón sus huellas, los lugares donde asistía y todo lo que tuviera que ver con él, incluso caminar por la bahía que hoy lleva su nombre para imaginarlo en aquel lugar escribiendo y describiéndose.

Hay que ir a leer en la pared de la Bodeguita del Medio lo que Ernest Hemingway escribió en inglés: "My mojito in La Bodeguita, My daiquiri in El Floridita."

Yo digo que hay cosas en la vida que van necesariamente juntas y combinan bien.

La biografía de Hemingway la encontramos en internet y vale la pena leerla porque los escritores siempre le imprimen a sus obras un sello personal que tiene que ver con su propia vida.

Encuentro que era hijo de un médico, que perteneció a la llamada "generación perdida" de escritores de la posguerra y esos dolorosos sucesos que lo dejaron casi lisiado como los dos accidentes que extrañamente coinciden en su trayecto hacia Suecia cuando iba a recibir su premio Nobel y no llegó.

Hemingway tenía el gusto por la vida al escribir y su forma llana directa y clara de hacerlo era su manera de mostrarlo.

Creo y este es un punto de vista personal, que sentía ese temor a sufrir a ser incapaz de valerse por sí mismo fuera por enfermedad o vejez. Conozco el concepto. Lo encuentro también en la novela del Viejo y el mar. Ese profundo anhelo de que el cuerpo no limite o no impida los objetivos que te trazas.

Finalmente terminó él mismo con su vida. Dudo mucho que alguien tenga certeza en la causa.
La ceguera que lo amenazaba y que para un escritor era ya la muerte en vida. Tal vez.
Hay que leer a Hemingway para conocerlo.

En mi primer paseo por esta novela tan ágil de digerir, la sensación que me dejó fue de tristeza porque el viejo estaba viejo, estaba solo y no logró el objetivo de volver con una gran pesca.

Se lee más rápido de lo que sentí.
Pero esta segunda vuelta, este segundo encuentro con el libro me dijo mucho más.

Me gusta la forma de escritura, la sencillez con la que Hemingway te mete de lleno en la novela sin mucho preámbulo casi de inmediato.
Los diálogos de Santiago con él mismo son magistralmente escritos. Tenemos extensas descripciones y profundas reflexiones del personaje principal.

Santiago tiene esa rara sabiduría que te da la vida con golpes fuertes y con la vejez, tiene una fortaleza mental inquebrantable a la hora de buscar su objetivo.

Santiago supera al cuerpo anciano constantemente con diálogos internos.

Del joven personaje me queda un gran mensaje de respeto y del amor incondicional.
Es lo que representa la compañía en la vida de un hombre al grado de conmoverse hasta las lágrimas y conmovernos a los lectores por sus acciones y pensamientos.

El pez protagonista al que yo no le concedí importancia antes representa ahora según mi percepción miedos internos, sensaciones, sentimientos, vicios de una persona,
sus lados oscuros y los no tan oscuros.

Creo que la figura del pez y los pensamientos del pescador sobre el pez son como las grandes batallas que se libran en el interior de una persona para resolver algo en la vida.
Son los "desde" y los "hasta" del alma misma.

Lo que piensa siente y dice Santiago del pez y al pez en su travesía atraviesa por procesos de distintas emociones: euforia, culpa, gozo, desánimo y las que cada lector le abona según lo que le despierte al leerla.

"Habrá sido el hambre, llevándolo a la desesperación, o habrá sido algo que lo asustó en la noche? Quizás haya tenido miedo de repente. Pero era un pez tranquilo, tan fuerte, y pareció tan valeroso y confiado... Es extraño"...

"No debo permitirle jamás que se dé cuenta de su fuerza ni de lo que podría hacer si echara "a correr". Si yo fuera él emplearía ahora toda la fuerza y seguiría hasta que algo se rompiera"

Dejo así al pez sin más análisis responder ¿pez estás ahí? o ¿cómo te sientes pez?
Es algo muy íntimo es personal.
El pez es el espejo de Santiago, es Santiago mismo.

Esto es lo extraordinario de leer un libro tan rico en descripciones.

Hemingway que era un enigma por su presencia entre los cubanos, ganador del Pulitzer y Nobel de literatura, medalla que finalmente dejó a la virgen de la Caridad del Cobre en Cuba, se proyectó en esta novela.

La poesía, el misticismo "para arrebatarle al Golfo a una de sus más hermosas criaturas" merece ser leída para entender lo que es una lucha permanente vigorosa y tenaz por sobrevivirte muy a pesar de ti mismo.

El Viejo y el mar tiene que leerse más de una vez hasta que sientas en los labios la sal del mar...
















sábado, 9 de marzo de 2013

De la mano del poeta y su erotismo

"A esa hora en que la luz
se viene encima como una cosa mansa
estrujas
mi mano sobre tu vientre"

Agustín del Rosario, Reencuentros

No soy experta ni tengo el conocimiento. Puedo compartir mi opinión sobre lo que leo únicamente.
Así que leí la trilogía de las 50 sombras de Grey, bueno en realidad leí el primer libro y el tercero, puedo decir que la autora tiene una gran imaginación y es muy buena para describir los escenarios, los momentos de pasión y sadomasoquismo que contiene el libro. Pero me recordó un poco a las novelas de harlequin que por cierto, también leí, cuando la hija de una vecina las puso a la venta en la puerta de su casa; había Julia, Jazmín y Bianca por docenas y a mis diez años no resistí la curiosidad. Los lugares que describían en el otro lado del mundo eran hermosos y los finales siempre eran felices. Las escenas de sexo no eran tan subidas de tono como en las 50 sombras pero eran bastante descriptivas y de erotismo no tenían nada.

Con Grey pasa algo similar. Es sexo en la novela. Está planeado para causar un impacto en mujeres de cierta edad que sexualmente se encuentran reprimidas por diversas causas. Este es su plus comercial. Claro que logra su cometido de excitar pero llega un momento en que te pasas las hojas de tanto sexo y te interesa más saber si el guapo Grey con todos los atributos soñados se "curará" y se quedará con la protagonista. Te hartas de sexo, buscas el romance y la novela concluye en género policíaco.

Para hablar de erotismo habría que conceptualizar la palabra. Los escritores que me gustan no divorcian el amor del erotismo, es más, no conciben uno sin el otro y parten de la sexualidad.
Podríamos hablar de Octavio Paz, de su coincidencia con Platón en conceptos de amor sexualidad y erotismo, porque es un deleite leerlo sintiendo cada palabra en la que forzosamente, pensarás en alguien como un recuerdo o un destinatario. Lo haces involuntariamente pero la dósis de amor va de la mano del deseo y de lo que despierta su lectura.
La poesía y su relación con el erotismo imaginada por Octavio Paz esta inundada de símbolos que llenan los sentidos del lector.
Para Paz el erotismo es exclusivamente humano y esta vinculado con la poesía mientras el sexo, no es exclusivo del ser humano. Paz sumerge en la imaginación convierte el sexo en erotismo, en ceremonia, en amor.

(...)
Tus pechos
maduran bajo mis ojos
Mi pensamiento es más ligero que el aire
Soy real
veo mi vida y mi muerte
El mundo es verdadero
Veo
Habito una transparencia

Contigo, del poemario Hacia el comienzo
Octavio Paz

Creo que el erotismo en la literatura es hermoso, hay autores que desde hace muchos años lo han transmitido en sus obras deliciosamente embelleciendo el lenguaje. Estampan su personalidad hablando de estilos literarios. Tenemos poesías, cartas, novelas. Escritores que en su tiempo causaron polémica abrieron puertas marcaron épocas y son reconocidos por los críticos y expertos hasta nuestros días.
Mención especial para uno de mis consentidos Giullaume Apollinaire a quien Borges definió así: "Apollinaire fue la cosa alada y sagrada del diálogo platónico; el poeta del antiguo coraje y del antiguo honor; fue cuando vacilaron los fundamentos de la tierra y del cielo".
Su libro "Cartas a Lou" para mi es imperdible, realmente llegas a amar a Apollinaire por su lenguaje sencillo atrevido por sus sentimientos elementales. Por sus caligramas que se muestran en el libro. Por el amor que desborda por Lou tan eróticamente.
Tiene una manera excitante de decirle en las cartas lo que le haría de tenerla cerca y sus despedidas son completamente eróticas y amorosas. (Uff diría yo).

Octavio Paz con "La llama doble. Amor y erotismo", "Ladera este" donde incluye "Maithuna", Giovanni Boccaccio con "Decamerón", Vargas Llosa con "Los cuadernos de don Rigoberto" son grandes opciones para leer, estos señores se escriben con mayúsculas y son caballeros del lenguaje, por lo que han logrado y dejado como tesoro en la literatura con Eros como guía e inspiración.

Concluyo: No nos quedemos con las 50 sombras creo que no es un libro que vayas a leer dos veces, creo que yo no lo tomaría como referencia para dedicarle sus letras a alguien que deseas amar, seducir y logres el efecto compartido.

Vayamos mas allá si se trata de apreciar y compartir el erotismo en la literatura.
Busquemos otros autores que te aseguro volverás a leer por el placer de interpretar el lenguaje y la poesía, por la limpieza de la escritura, por las ganas de compartir y dedicar lo que has leído. Me fascina "El erotismo en los poetas" una recopilación de Alejandro Montaño, porque encuentro lo que quiero leer de poesía sensual y erótica de varios autores además clasificados por continentes.
Hay tardes en la vida que realmente merecemos leer y que nos lean de amor y erotismo.

Pd. En imágenes mis favoritos